miércoles, 12 de agosto de 2015

La garantía mortal del toque. Obra literaria

  Es 6 de febrero del 2014, un día de trabajo como cualquier otro para Anny y su familia, quienes  residen en la Villa del Rosario; un pueblo rural y ganadero del estado Zulia alejado 90km de la ciudad capital Maracaibo.

 Anny está embarazada. Tiene 7 meses de gestación y en consecuencia de una discusión con su esposo poco tiempo atrás, se fue a casa de su madre y le pidió que le consiguiera un trabajo de poca exigencia física y sencillo, para no forzar tanto su delicado cuerpo. Aunque las fuentes de empleo eran escasas, su mama logro encontrarle un puesto como vendedora en una zapatería del centro del pueblo. 

 Ahí ya tiene 6 meses trabajando desde que su pareja le negó la paternidad de su bebé. Se está dando cuenta que le está creciendo el vientre bastante rápido y le preocupa que el jefe pronto termine por despedirla, cosa que le preocupa aún más, ya que la situación del país está cada vez más difícil y no sabe que luego las cosas se pondrían peor.

 Pasan varios días, ya es 13 de febrero, el clima entre las personas se ha vuelto un poco tenso, y Anny inocente de eso se tuvo que quedar hasta la noche haciendo el inventario de la zapatería.

 Vuelve a casa exhausta y le dice a su mamá que está “muerta” de hambre y que por favor le prepare algo de comer. Su madre le dice que no vuelva a mencionar la palabra “muerte” porque era de mala suerte, aunque luego accedió gentilmente a cocinar para ella una rica sopa. Anny se sienta en el sofá a leer el diario informativo y en la página principal le llama la atención una noticia que en el fondo no le sorprende, porque ya se lo esperaba; “Se desencadeno una masiva protesta en varios estados del país” principalmente por los problemas de escasez de alimentos y otros que prefirió ignorar. Le comenta a su madre sobre lo sucedido, mientras esta, poco sorprendida, le sirve la humeante sopa. Inmediatamente suena el teléfono, las mujeres se miran a los ojos y temerosamente lo contesta su mamá, la cual no podía imaginarse quien llamaba a esas horas de la noche; pero para su tranquilidad momentánea era su esposo el señor Ángel García, quien le dice que tiene una buena noticia y otra mala, y que se las hará saber el próximo fin de semana cuando llegue al pueblo. La señora le comenta aquello a Anny y a partir de entonces un mal presentimiento hace que todo comience a preocuparles.

 Llega el sábado, y están ansiosas por la llegada del señor García, el cual llega en el medio día, y extrañamente trae a un joven encapuchado en la parte de atrás de una  golpeada patrulla que le prestaron para ejercer sus labores de GN. Se baja con él, y antes de saludar a las asombradas mujeres les dice ¿cuál noticia quieren primero? ¿La buena o la mala? Ellas temblorosas no responden más que un gemido de impresión que se convierte en preocupación cuando el señor García les dice que comenzara por la mala noticia; ¿ya saben lo que está ocurriendo en el país? Les pregunta; estas responden simultáneamente un silencioso si, él les dice que no se asusten porque esa era la mala noticia, y ellas, más impresionadas y confundidas que nunca, le preguntan qué entonces cual es la buena noticia y porque trae a ese joven en esas condiciones. El señor García le quita lentamente la capucha, la señora angustiada cierra los ojos antes de ver al joven y Anny con el corazón casi en la mano, salta de felicidad al ver que era su hermano mayor José García, después lo ve su madre e inmediatamente saltan a abrazarlo; el señor García entre los gritos y sus risas les dice ¡esta era la buena noticia!

 Sucesivamente todos pasaron al comedor de la casa donde la señora de García sirve la comida, mientras que Anny le pregunta a su papá que como le estaba yendo en el trabajo y porque trajo a José de la ciudad si todavía estaban dando clases en su universidad. Este, con un gesto un tanto enojado e inquieto le contesta: todo iba bien hasta que en esta última semana comenzaron las protestas en varias ciudades del país; aunque yo trabajo en el km56 cerca de la vía a Maracaibo como comandante de brigada, me han dicho que allá la ciudad se ha vuelto peligrosa y mis superiores han decidido ponerme a la cabeza de un grupo antimotines. Debemos asegurar la paz en la ciudad y evitar a cualquier costo el saqueo, las guarimbas y que se expanda la violencia en los puntos importantes, ¡y en cualquier parte hija! José le hacía todo tipo de señas y gestos a Anny para que no le siguiera preguntando más cosas a su papá, y esta, curiosa e insistente le vuelve a preguntar ¿y porque trajiste a José papá? ¿Acaso no le están dando clases? El señor García toma un vaso de agua, mira a José y le dice a Anny; hija, ¡casi asesino a tu hermano! La señora de García lo escucha e inmediatamente grita asombrada ¡queeeee! ¿Pero cómo? Anny queda tan fría como el hielo que estaba en su vaso de agua y sucesivamente le sigue haciendo preguntas ¿pero cómo papá? ¿Qué ocurrió? ¿Cómo casi matas a mi hermano? ¿Cómo casi matas a tu propio hijo? El señor responde; “todo hubiese sido un accidente”. Ustedes saben que José tiene problemas de conducta y en un operativo que hicimos cerca de las famosas torres del Saladillo en el centro de la ciudad, encontré oportunamente a tu hermano haciendo una protesta para nada pacifica; Anny asombrada y casi entre risas con ese último comentario le dice a su padre que le siga explicando todo lo que ocurrió en el operativo. Su padre con solo recordar las escenas ponía cara de enojo, pero aun así siguió contándole a su esposa e hija lo que querían saber.

 Bueno hija, le dice este; resulta que comenzaron a organizar una movilización supuestamente pacifica que no tengo idea de donde comenzó, pero sé que termino en la plaza de la república. José, que se supone que tenía que estar en clases, estaba era allá de entrometido; dijo el señor en un tono alterado, siguió contando; una parte de los manifestantes se dirigió al pie de las torres del Saladillo y al darse cuenta mis superiores, me enviaron enseguida con mi grupo antimotines a asegurar la zona. Junto con llegar las cosas comenzaron a calentarse, y no fue por el intenso solazo que hace en Maracaibo, dijo de manera irónica el señor García; Anny sonrió y siguió escuchando. Los muchachos empezaron a quitarse sus franelas para amarrarlas en sus cabezas y a partir de ese momento comenzó una larga y violenta confrontación en la que logramos dispersar a los protestantes. Ellos mientras corrían en retroceso perdían el equilibrio y caían al suelo. Yo logre sujetar por el pie a uno de los que lanzaron bombas molotov. Apuntándolo en la cara con mi arma le quite la franela de forma violenta y quede más frío que el hielo que había en tu baso cuando me fije que era José, ¡mi propio hijo atacándome a muerte! Anny y su mama estaban muy impresionadas y disgustadas por lo que acababan de escuchar mientras el señor García seguía contando la historia.

 Posterior a eso, tome una patrulla y le dije a mis compañeros que trasladaría a este chico a el comando en condición de detenido. Salimos de inmediato pasando por las calles menos transitadas de la ciudad. José observo que la ventanilla interna estaba abierta, pero no sabía que yo la había abierto a propósito. Luego trato de sobornarme con el mismo dinero que le di para pagar los gastos de la universidad. Yo estaba muy enojado y me detuve debajo de un árbol en una solitaria calle. Me volteo y sucesivo a eso me quite el casco de seguridad. José al verme quedo más frío que “los polos en invierno”. Luego de darle los insuficientes regaños que se merecía, por un momento pensé que llevaba un camaleón en la patrulla, porque su piel cambio a todo color, él solo callo y no cruza palabras conmigo desde ese momento.

 Luego tenía que encontrar la forma de sacarlo de la ciudad. Lo hice salir de la patrulla a comprar ropa de civil con el dinero con que pretendía sobornarme. Después de tanto pensar en solucionar el escape, se nos hizo tarde y tuvimos que esconder la patrulla para quedarnos en un hotel esa noche. Aunque estaba cansado, no podía conciliar el sueño. Aproveche para tomar el teléfono y llamar aquí para decirles que pronto iba a venir a casa con las dos noticias.

 Al día siguiente salimos antes del amanecer para buscar la patrulla en el lugar donde la habíamos escondido, nos colocamos las mismas ropas que traíamos durante el enfrentamiento y partimos para acá, solo que antes de pasar tranquilamente por el primer punto de control, me quite el casco de seguridad para saludar a los otros GN que custodian las alcabalas. Cuando veníamos precisamente por el km56 en la vía hacia acá a la Villa, se apagó la golpeada patrulla. Revise el medidor de gasolina y aun le quedaba un poco menos de medio tanque, pero eso era suficiente para llegar aquí. Me baje y trate de hacer lo imposible para que encendiera, moví cables al azar y hasta sople el motor a todo pulmón sin parar, con la esperanza de que se enfriara y encendiera nuevamente; como era de esperar no funciono. En ese momento pensé en llamar a el teniente que suplió mis labores de comandante de brigada en el comando del km56, pero con el miedo de que al llegar, este me hiciera quitarle la capucha a José y ser descubierto, así que reporte por mi radio que mi patrulla tenía un leve problema para encender; les di la dirección exacta y agregue que solo necesitaba que enviaran a un mecánico. De inmediato respondió el teniente, ¡saludos comandante García! “enviare al mecánico en seguida”. Cosa que me alegro mucho. 

 Extrañamente pasaron varias horas hasta que llego el mecánico. Yo olvide que le había quitado momentáneamente la capucha a José y este extraño hombre al llegar logro verle la cara; simplemente lo ignoro e hizo su trabajo. Intento encender el motor y efectivamente encendió la patrulla. Antes de retirarse le pregunte que porque la patrulla se había apagado y me dijo que era por un problema con la batería. Luego me pregunto que a quien traía detenido y le dije sin pensar, “a un bachaquero”. El mecánico extrañamente se impresiono muchísimo y me dijo “espero que le den muchos años a ese desgraciado” con un tono algo temeroso. Yo le dije que si terminaba su trabajo por completo podía ir a encerrarlo lo más rápido posible. Antes de marcharme, el mecánico susurro curiosamente “seguramente lo mataran”. Y le dije, eso no te lo puedo asegurar; así, pise el acelerador a fondo y seguí mi camino pensando en que había algo extraño en aquel mecánico y que en su auto llevaba sospechosamente varias cajas de cartón bastante grandes para guardar sus pequeñas herramientas, y no tenía idea para que las podría estar usando. Al final no le di importancia al asunto y me concentre en el camino. 

 Más tarde, en la carretera, como a 10 minutos para llegar a el último punto de control. Vi en la lejanía una cola de vehículos a la que me estaba aproximando. Entre a formar parte de la extensa cola e informaron por radio que la vía al Municipio estaba trancada por una fuerte protesta que hacía en las cercanías de la alcabala para entrar a la Villa. En eso se paso el día y nos cayó la noche. Deje la patrulla en la orilla de la carretera y entre el frío y el cansancio nos quedamos dormidos.

 Al siguiente día nos despertamos con el ruido de los autos que transitaban por la carretera. Yo estaba muerto de hambre y casi sin fuerza y así avance otro par de kilómetros. Pare en un cafetín que encontré en el camino, compre lo que pude con el poco dinero que tenía; lo lleve a la patrulla y lo compartí con José que ya se había quedado sin color. Seguí mi camino hasta llegar a la última alcabala antes de entrar a la villa donde la mayoría de los GN nos conoce porque sus familias han compartido con la nuestra en ocasiones. Para mi suerte el que estaba de turno era un teniente recientemente ascendido, el cual me hizo quitarle la capucha a José, pero así como me lo espere, no lo reconoció y me dejo seguir. A partir de ahí deje sin la capucha a José y trate de evadir todo contacto con guardia o policía local. Me dirigí a la casa de mis papas porque sé que los fines de semana no están ahí. Guarde la patrulla en el garaje y espere el medio día a esta hora para llegar aquí con la sorpresa.       

 Anny exclamo, ¡waaooo papá!, la señora de García también estaba muy impresionada con todo lo que hizo su esposo para evitar que le ocurriera una tragedia a su hijo, pero Anny aún tenía una pregunta por hacerle a su padre; esta le dice, ¡papá!, ¿qué hubieses hecho si en vez de ser mi hermano a quien apuntaste con tu arma hubiese sido otra persona? Este responde atónito; ¡vaya hija! No sé qué decirte. De lo que si estoy seguro es que no hubiese hecho por él, lo mismo que hice por tu hermano. De inmediato interviene la señora García y dice que ya basta de preguntas, la comida se va a enfriar y tiene que volver a servir el hielo.

 Luego de terminar el retrasado y casi frío almuerzo, el señor García toma un baño y se va al cuarto a descansar. Se acuesta en su cama pensando en que Anny no había quedado satisfecha con la respuesta que le dio y que en aquel momento posiblemente hubiese apretado el gatillo sin importarle la vida del chico, ya que lo estaba haciendo en defensa propia y de su grupo, además, esos chicos los estaban atacando a matar y en ese momento no debía importarle hacer lo mismo; lo que si de verdad le importo fueron los sentimientos de Anny y por ello no le respondió de una manera más directa a lo que ella esperaba escuchar, en fin, después de tanto meditar el asunto se quedó dormido rápidamente.

 Del otro lado de la habitación estaban Anny y José, quienes, entre risas hablaban detalladamente de lo que había ocurrido. Este le cuenta a su hermana la parte de la historia que ella no conocía; le dice: Anny, ese día en la mañana estábamos en clase de dibujo y entraron unos hombres armados en el aula. Aunque nosotros nos asustamos mucho, ellos solo dijeron que la clase había terminado y que saliéramos a las calles a protestar, que no nos preocupáramos porque ellos no nos iban a herir ni a dar armas y siquiera pensaban usar las suyas a menos que fuese necesario. Yo entre mí, dije que escaparía al salir a la calle, pero al ver tantas personas al pie del edificio de en frente, decidí quedarme porque me parecía que estaba delante de una emocionante experiencia. Nos fuimos un gran grupo por una calle poco transitada y encontramos una patrulla con cuatro GN. Decidimos hacer una emboscada y atacarlos para apoderarnos de la patrulla. Los GN entre escasos disparos de perdigones soltaron las armas y entre carreras abandonaron la patrulla, la cual golpeamos ferozmente junto con un GN que no logro escapar. Luego usamos su patrulla como transporte, aunque al final fue mala idea porque los GN que escaparon reportaron este incidente y no las quitaron al pie de las torres del saladillo. Antes de abandonarla yo trate de averiarle la batería con la intención de evitar que la pudieran usar para buscar más GN, pero resultó inútil.

 Más tarde comenzaron a llegar muchos manifestantes y más GN al lugar. Nos pusimos cada uno nuestra propia franela en la cabeza para proteger nuestra identidad de los fotógrafos infiltrados de la prensa y comenzamos a lanzar piedras y unas bombas molotov que llevamos entre una caja de cervezas. Comenzaron a llegar más refuerzos de los GN y rápidamente lograron dispersarnos a todos. Yo entre carreras choque con alguien y perdí el equilibrio, caí, y antes de poder levantarme me agarraron por la pierna; yo pensé que todo estaba perdido en ese momento, pero no entendí porque el GN no me disparo cuando me quito la franela de la cara, claro, hasta que me di cuenta que era nuestro padre. Anny más sorprendida que nunca comienza a entender porque la patrulla estaba tan golpeada y porque dejo de funcionar en el km56. Fue su hermano quien hizo todo eso; esta le pregunto tontamente ¿y papa conoce esta otra historia? claro que no, le responde José. Y espero que no le digas nada. Tienes que guardarme el secreto así como yo te guarde el tuyo sobre la verdadera paternidad de tu hijo; esta le dice: está bien hermano, no tienes por qué recordármelo. Anny, un poco enojada por el comentario, le da la espalda a su hermano y trata de conciliar el sueño por un par de horas antes de ir a trabajar, pensando en lo arrepentida que estaba por haber traicionado a su amado esposo y que su desalmado hermano podía usar la información para chantajearla en cualquier momento; lo que no sabían ninguno de los hermanos era que detrás de la puerta estaba su madre quien entre lagrimas había escuchado toda su conversación.

 Ya es 12 de marzo. Paso un mes desde que comenzaron las imparables protestas en todo el país. El señor García le prohibió a su hijo salir de casa, mientras que del otro lado su hermana tiene problemas en su trabajo. Su jefe la despide porque considera que ya no está en condiciones de seguir trabajando y la envía de regreso a casa.

 Anny llega muy triste y preocupada. Se sienta junto a su hermano y su madre que están en el sofá viendo las noticias. Les cuenta lo que sucedió con su trabajo y su madre inmediatamente recuerda lo que escucho el otro día en la habitación, pero aun así, le dice que cuente con todo su apoyo y le juro que nunca la dejaría sola en ningún momento, mientras que su hermano la ignoro porque le dio más importancia a lo que decían en el noticiero de la mañana. Minutos después todos miraban el televisor atentamente y de repente ocurre algo preocupante; el programa fue interrumpido por una noticia de último momento. El presidente de la república en vivo anunciando la “suspensión de garantías” y declara al país en “toque de queda”. Saco a la GN a las calles a reprimir y eliminar a los protestantes justificando un supuesto “golpe de estado” y conspiración contra el gobierno. A partir de entonces todo se volvió un potencial peligro, especialmente para la mamá de los chicos que salía a la calle hasta tarde a hacer largas colas para tratar de comprar la escasa comida. Un minuto después suena el celular, lo contesta Anny; es su padre el señor García quien le dice que estará bien y que sus superiores le han ordenado hacer lo que más se temía. Esta le dice que ya lo sabe porque acababa de escucharlo en las noticias y le pide que se retire, que no lo haga porque la vida de las personas es más importante que ese trabajo, este le responde; hija, “la vida de ustedes depende de mi trabajo”. Anny, entre lágrimas cuelga el teléfono y le cuenta a su madre y hermano lo que su padre le dijo; estos quedan enormemente preocupados.   

 Pasa una semana y en los pocos noticieros que no fueron censurados solo publican noticias de terror. En la radio informan que cada vez se eleva más la cifra de muertes violentas durante saqueos masivos a lo largo del país y que salir a las calles en horas de la noche seria como caminar de la mano con la muerte. Durante las noches solo se escuchan disparos y los escalofriantes gritos de las personas en sus casas por miedo a ser impactados inocentemente. Los hospitales están colapsados y la mama de Anny comienza a sentirse mal. La señora de García sufre de la tensión. Anteriormente estaba en control, pero debido a la escasez de medicinas en las farmacias del pueblo, no pudo seguir con su tratamiento. Anny preocupada por la condición de su madre le dice que se quede en la casa, que ella saldría con su hermano a comprar la comida ya que su padre no estaba en el pueblo para hacerlo. La señora, aunque tiene repentinamente un mal presentimiento, acepta la propuesta de su hija y le recomienda entrar por la cola de las embarazadas para comprar más rápido y así no los agarraría la peligrosa noche en la calle. Así, Anny hablo con su hermano y salieron al supermercado.

La señora se queda sola en la casa y 40 minutos después de haberse ido sus hijos, alguien toca desesperadamente la puerta, cosa que la altera mucho y empeora su condición porque pensó que le había ocurrido algo a sus hijos. Abren la puerta y se impresiona al ver que era su esposo el Señor Ángel García, quien le pregunta desesperado ¿dónde están los muchachos? Ella asustada, casi sin aliento le responde que ellos tuvieron que salir al supermercado a comprar la comida porque ella estaba muy enferma y no podía salir ya que cada vez estaba empeorando. El señor García preocupado le dice que cuando pudiera le enviaría un médico del comando y le expresa su inquietud por los chicos, ya que el gobierno envío a los GN a todos los pueblos del país, principalmente a los fronterizos como la Villa del rosario y que habían enviado a los más desalmados GN de la ciudad. La señora al ver que cada vez las nuevas noticias empeoraban su enfermedad, decidió contarle a su esposo lo que escucho el otro día en la habitación de los chicos. El señor García la escucha sorprendido y casi entre lágrimas se despide de su esposa; le dice que les dé a los chicos un gran abrazo de su parte y sale muy disgustado de la casa donde la señora se queda sola nuevamente. Al subirse en la patrulla, casualmente es llamado por radio, para que se presente en la alcabala lo más rápido posible, para explicar su sospechosa ausencia; el solo responde que estaba haciendo unas labores que había dejado pendientes y que pronto estaría allá.

 Del otro lado, los chicos llevan 45 minutos de haber salido de casa y ya tienen media hora en la extensa cola. José solo ha avanzado 15 metros mientras que Anny ya avanzo más de 30 por estar en la cola preferencial de las embarazadas; a ese paso ella compraría primero, pero igual tendría que esperar a su hermano. Lo que no se espero era que después de hacer su compra tuvo que quedarse casi hasta el atardecer esperando a su hermano porque no podía llevar sola todas las pesadas bolsas. Luego paso algo inesperado.

 José llego a la puerta del supermercado, y al pedir la comida que iba a llevar, miro al vendedor y se impresiono tanto que hasta olvido donde había guardado su dinero. Se dio cuenta de que el señor que le vendió la comida, era el mismo mecánico que los ayudo el otro día en la carretera. Este hombre estaba enchufado con algunos GN y lo dejaban pasar libremente alimentos bachaqueados por las alcabalas desde la ciudad. Era un verdadero “bachaquero con licencia” y por eso su reacción e inquietud el día del incidente con la patrulla. José pago su compra y rápidamente salió temeroso a buscar a Anny para largarse del lugar; para la mala suerte de José, el vendedor recordó su cara y pensó que el chico estaba prófugo de la justicia, también pensó que este era un competidor y que podría arruinarle su negocio, así que decidió mandarlo a eliminar inmediatamente. Entonces mientras José buscaba a Anny, el vendedor llamo a un amigo, al teniente que está en la alcabala de la entrada de la Villa; le cuenta lo que está ocurriendo y le pide que le envié una patrulla para que se lleven a el chico lo más rápido posible; el teniente le dice que llamaría a la patrulla aliada más cercana al lugar para hacer el trabajo.

 Ya estaba oscureciendo cuando José encontró a Anny; le dice que tienen que irse lo más rápido posible de ahí porque corrían un gran peligro, esta pensó que era porque ya estaba oscureciendo y se limitó a hacerle preguntas a su hermano. Unos minutos después de esperar ilusamente un taxi, se dan cuenta de que ya casi todas las personas se han marchado, que los autos no están circulando y que solo hay una sospechosa patrulla merodeando por las cercanías del supermercado. José comienza a inquietarse, lo que lo lleva a tomar la decisión de irse caminando a casa; toma todas las bolsas de comida y le dice a Anny que lo siga. Se van pasando por calles muy solitarias y por los callejones de los barrios más sombríos para evitar encontrarse con los sanguinarios GN, lo que no saben es que desde un principio los estaban siguiendo muy de cerca, hasta que inevitablemente los interceptaron de sorpresa cuatro GN en una calle cualquiera. Los chicos quedaron paralizados por un momento hasta que José soltó las bolsas para abrazar a Anny. Uno de los GN extrañamente lo reconoció, pero esta vez, José no tendría la misma suerte que tuvo en las torres del Saladillo. El hombre se paró cerca de ellos, le ordeno a José que soltara a la chica y se pusiera frente a él. Así lo hizo este, para luego darse cuenta de que todo estaba perdido. El GN se quitó el casco de seguridad para que el chico viera que estaba frente a la muerte misma, ya que este GN era el mismo que había golpeado en la ciudad. José del miedo quedo de rodillas, mientras solo podía ver conmocionado al resto de los GN llevarse a Anny a la fuerza. Los hombres llevaron a la chica a la patrulla que estaba del otro lado de la calle, para trasladarla a la alcabala donde decidirían su suerte; estos tres decidieron esperar a su compañero, mientras este otro solo golpeo a José hasta más no poder. Lo lanzo entre las bolsas de comida y sin mediar palabras le dio tres disparos en el cuerpo, que unos segundos más tarde lo dejarían sin vida. Un segundo después se acercó velozmente una sospechosa patrulla a la escena; el GN homicida no pensó que fuesen sus compañeros, porque en ella venía solo un hombre que parecía estar vestido de civil, el cual aprovecho que el GN estaba sin el casco de seguridad y le disparo en la cabeza. El misterioso hombre se bajó de la patrulla y no miro más que de reojo la escena sin tratar de distinguir el rostro de los cadáveres. Se volvió a subir en la patrulla y retrocedió por el mismo camino por donde llego, para evitar que más adelante se diera un posible encuentro con los compañeros de este GN que acababa de liquidar. Del otro lado estaban los tres hombres impacientes en la patrulla, donde también estaba la temblorosa Anny que se había imaginado lo peor cuando escucho los disparos. Uno de ellos al escuchar los disparos y ver que su compañero no volvía, decidió ir a inspeccionar. Llego al lugar, y sorprendido, observo la escena donde inexplicablemente estaban tanto el chico como su compañero muertos. El GN tomo a su compañero y lo llevo a la patrulla donde lo puso junto a la asustada chica quien pegaba gritos de terror.

 Más tarde, después de haber partido, los tres GN llegan a la alcabala y le informan al teniente lo que había ocurrido con su compañero y el chico. El desalmado hombre no se molesta ni en lamentarse y llama al vendedor para informarle que el objetivo había sido eliminado; aquel solo le agradece y le dice que después se arreglarían. Los tres GN enojados por lo de su compañero, sacan a Anny arrastrada de la patrulla para llevarla entre gritos a la zona de condenados. A mitad de camino, dos de los desalmados hombres la hacen arrastrar el cadáver del GN hasta su último destino, donde la hacen arrodillar en una larga fila de personas que tendrían la misma suerte que todos los que anteriormente habían pasado por ahí. Anny llorando le dice a los hombres que es hija del comandante Ángel García, pero estos como eran enviados desde la ciudad no conocían a nadie con ese nombre y no le dieron importancia a su comentario; le colocaron unas esposas, una capucha ensangrentada en la cabeza y uno de ellos la golpeo en la cara para que se callara.

 Más tarde llego el señor García a la alcabala, donde lo esperaba el general para preguntarle lo que había hecho en todo el día que era más importante que cumplir con sus labores en el comando del Km56; este le dice que es confidencial. El general le recuerda con una cachetada que está hablando con su superior y que podría interpretar sus acciones como conspirativas y podría mandarlo a eliminar si no le daba una buena justificación pronto. El señor García le explica que fue a visitar a su familia en su casa, que su esposa estaba enferma y que tuvo que buscarse ropa de civil para tratar de dar con el paradero de sus hijos que habían salido a comprar en alguno de los supermercados del pueblo, y que se quedó hasta tarde buscando, y que por esas razones no cumplió sus labores. El general le dice en un tono de voz elevado que no se preocupe, que él también es un padre de familia responsable que se preocupa por sus hijos y que la próxima vez, que solo le avisara antes de actuar sin permiso porque luego podría no tener la misma suerte, incluso, le prestó un médico y lo envío a la casa del señor García a ver en qué condiciones estaba su esposa; a la cual habían llamado anteriormente al teléfono sin respuesta. García también le comenta sobre dos cadáveres que vio en el camino, de los cuales, uno era un GN enviado de la ciudad, pero no le dice que el participo en la escena del crimen asesinando a este hombre para tratar de salvar a ese chico. El general quedo extrañado y solo se despidió de García dirigiéndose hacia su oficina para enviar a buscar los cadáveres y recoger sus cosas para irse a la ciudad. 

 Posterior a eso, llego una fría brisa junto con otro general desde la ciudad a suplir al que acababa de ayudar al señor García. Este si era un verdadero desalmado; les pone a todos los GN nuevos la más cruel prueba de valor “disparar a los condenados a sangre fría”. Aunque el señor García no hacia labores en esa alcabala, no pudo huir de las ordenes de un general y tuvo que dirigirse a la zona de condenados con los nuevos GN. Los tres GN que escoltaban todas estas vidas inocentes, salieron del lugar por órdenes del general recientemente llegado. Uno de ellos volteo para observar a Anny y por curiosidad se dirigió a la oficina del otro general para hacerle una pregunta sobre un tal comandante García, mientras este recogía sus cosas para marcharse a la ciudad a cumplir nuevas órdenes por parte del gobernador.

 Del otro lado estaba el nuevo siniestro general, quien desafortunadamente selecciono al señor García por ser más veterano para ser el primero en hacer la prueba. García le dice que él es comandante de brigada en el comando del Km56 y que no formaba parte de ese nuevo lote de GN ascendidos, y por tanto, se rehusaba a hacer la prueba. El general enojado le dice que si no lo hacía, le daría su arma a uno de los nuevos y ordenaría su ejecución. El señor García muy disgustado solo piensa en dispararle al desalmado general, pero para evitar ser asesinado posteriormente, tomo la difícil decisión de hacer la tan cruel prueba. Se dirigió lentamente a la última persona que habían incorporado a la fila; esta estaba de espalda, supo que era una mujer por la larga cabellera que le sobresalía de la ensangrentada capucha y estaba toda sucia por las condiciones en que la trajeron. No pudo notar que estaba embarazada, solo se paró detrás de ella y respiro profundamente antes de pensar en apretar el gatillo.

 En la oficina del general saliente, irrumpió el curioso GN para preguntarle quien era el comandante Ángel García y tratar de evitar su ejecución en caso de que la chica hubiese dicho la verdad. Se dispuso a contarle la novedad al  general y este sorprendido le responde que efectivamente ese comandante tenía un par de hijos, entre ellos una hija embarazada, y que la última vez que hablo con él había sido en los últimos 10 minutos antes de que el otro general lo llevara a la zona de condenados. En seguida el GN le cuenta todo lo que había pasado con esos dos chicos y le dice que posiblemente la chica iba a tener la misma suerte que su hermano si no hacían algo pronto. Ambos hombres corrieron lo más rápido que pudieron, pero ya era muy tarde.

Aunque el señor García había hecho lo imposible para evitar que su hijo muriera en la ciudad, no supo que todo aquello fue en vano. No pudo hacer nada para salvar la vida de su hija y sin saber quien estaba bajo la capucha ensangrentada, pensó en ella, saco su arma y entre lágrimas apunto a la mujer susurrando “perdóname hija”. Luego un disparo silencio todo el lugar y Anny cayó sin oportunidad de decir “no lo hagas papa” al escuchar la voz de su padre. A partir de ese momento un espantoso escalofrío endureció el alma del señor García de pies a cabeza, y como el mismo lo dijo, “la suerte de su familia dependió inocentemente de su trabajo”.

Más tarde llega el médico a casa del señor García y encuentra a la esposa muerta a causa de un infarto provocado por la angustia de ver que sus hijos no llegaban a casa. Los abrazos encomendados por ella a su esposo, quedaron ahogados en sus ganas, cuando esta aún vivía, y la muerte termino por enterrar los abrazos en el profundo olvido. 

 Horas después llegan dos patrullas a la alcabala con los cuerpos de la esposa e hijo del señor García, quien al verlos, solo pudo apoyar sus manos en una inmensa pared de arrepentimiento, y posteriormente se aferro de manera súbita a su arma y sin dudarlo soltó un disparo en su nuca que lo dejo sin vida casi instantáneamente, aunque antes de quedarse sin aliento pensó en que Anny se quedaría sola a criar a su nieto.


“Esta es la verdadera garantía del toque, esta es la mortal realidad”
“No creo que quieras que ocurra”




FIN


Continuara…
La Garantía mortal del toque 2




Información adicional


Los nombres de los personajes:

El señor Ángel García: tiene el nombre de mi vecino y amigo de infancia Ángel Rodríguez además de mi primo Ángel Gamarra con quien viajaba regularmente a Maracaibo.
Anny: es un diminutivo del nombre de mi hermana menor Emirianny Gamarra, quien para la fecha estaba embarazada y anteriormente había tenido unos problemas.
José: es el nombre de mí hermano menor José C. Gamarra, quien tiene a veces problemas de conducta. También es mi segundo nombre. 

El nombre de la obra

 A simple análisis se puede determinar de dónde surge el nombre de la obra; es un juego de palabras que hice con las frases “suspensión de garantías”, “Toque de queda” y lo mortal que este puede llegar a ser.

Lo que me inspiro

 En este caso, el desarrollo de esta historia imaginaria (la cual creo que es ínfimamente posible en la vida real, y no queremos que suceda) fue un análisis de una serie de sucesos que observe en aquel momento.  Un día (24 de marzo, 14 días después de cumplir 19 años) solo me levante después de una noche de trabajo y observe a mi hermana (quien estaba embarazada) en la otra cama de mi cuarto; me pareció extraño porque ella no vive en mi casa y pensé que había tenido problemas con su esposo. Ignorando la extraña situación, me fui al baño, me lave la cara y encendí la poco ruidosa lavadora para ayudar a mi madre a lavar la ropa, ya que ella estaba enferma de una pierna y no podía.

 Mientras estoy en el silencioso baño, se me viene a la mente un comentario que escuche sobre el presidente, donde decía que tenía el poder constitucional de suspender las garantías en el país, y así lo declararía en “toque de queda”. También recordé una imagen que vi en el Facebook, y que a según ha pasado; es sobre los guardias que mientras estaban deteniendo a los manifestantes se encontraban con sus propios hijos quienes están protestando en contra del gobierno. Luego recordé nuevamente lo de mi hermana y comencé a entrelazar los recuerdos y las ideas para más tarde ponerme a escribir la historia. También les coloque a los personajes nombres de las personas cercanas a mí para darle un poco de identidad propia, y reafirme esto desarrollando los hechos en mi pueblo y la ciudad donde estudio.

Gracias por tu atención


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