miércoles, 23 de marzo de 2016

Redes Sociales y Autismo



 
 Redes Sociales y Autismo
Articulo por Emiro Gamarra @evillartes

 Como bien sabemos, el autismo es una condición psicológica que afecta a un número significativo de personas alrededor del mundo, de las cuales hay quienes tienen conciencia de su patología y otras que aun no han recibido un diagnostico. Muchas de estas personas, teniendo o no conciencia de su padecimiento, en algún momento de sus vidas utilizaron o utilizaran alguna de las redes sociales habidas y por haber ahora y en adelante.

 Lo que no saben las personas e incluso muchos psicólogos es que el autismo y las redes sociales son sal y agua que no se deben intentar mezclar bajo ciertas condiciones. Sabemos que entre las características de las personas que padecen esta patología está la autoexclusión social, la falta de variación en su rutina diaria y un carente acto comunicativo con las personas de su entorno, lo que hace que las redes sociales sea un mundo diferente y extraño para ellos, además de que allí pueden experimentar un contacto indirecto con muchas personas con las que quizás no les gustaría compartir de manera personal.  

 Volviendo a la metáfora de la sal y el agua, en este caso el autismo es la sal y las redes sociales el agua. Aunque ambos se pueden mezclar, el resultado evidente seria una desagradable agua salada, ya que las redes sociales empeoran el autismo considerablemente cuando estas se vuelven adictivas haciendo que las personas se encierren en un nuevo mundo incluyente desinteresado en lo socio-personal (Como agregar contactos al azar solo para exhibirles sus pensamientos e ideas del otro lado de la pantalla, aunque a veces se abstienen de hacerlo, o simplemente para intentar entender cómo se comportan o como socializan en el mundo virtual) o incluyente con un propósito social de interés común (Como crear adictivamente contenidos que atraigan seguidores a sus redes solo para dar a conocer su trabajo creativo, entiéndase cualquier profesión creativa, sin intención de crear lazos directos con las personas). Esto trae como consecuencia el apego y seguimiento a una nueva rutina por periodos de tiempo prolongados y por ende el completo deterioro de la poca vida social con los de su entorno causando la intensificación de su patología y la rescisión de cualquier posible mejora.

 El autismo no tiene cura. Cuando una persona es diagnosticada como autista puede comenzar bajo supervisión médica y con la colaboración de sus allegados un tratamiento que le ayude a mejorar su calidad de vida, siempre y cuando el afectado colabore en lo que se le pide hacer para lograr ese objetivo.  Por esta razón, al comenzar cualquier tratamiento, es importante tener en cuenta que las redes sociales son espacios adictivos que necesitan un uso regulado por parte de los que padecen esta condición psicológica ya que estas personas suelen ser adictivos por naturaleza a espacios o temas específicos que tengan relación con sus gustos e intereses, por lo tanto, el uso prolongado de dichas redes significaría un retraso directo a cualquier mejora visible del afectado.

 Las personas autistas por lo general suelen ser muy brillantes y llenas de ideas geniales ya que por naturaleza poseen un coeficiente intelectual bastante alto. El problema de estas ventajas es que al darle uso al internet y a las redes sociales, estas herramientas se convierten luego en una desventaja ya que significaría un mundo amplio para el aprendizaje y por ende el enfrascamiento de la persona en un mundo virtual repleto de información que se traduce en aprendizaje, cosa que ellos en soledad disfrutan, pero que no los ayuda a mejorar su condición. 

 Ellos tienen problemas para prestar atención ya que pasan mucho tiempo pensando en temas repetitivos y al intentar conversar con alguien desvían su atención fácilmente dejando en evidencia su desinterés. Aquí las redes sociales limitan las variaciones de la mayoría de sus pensamientos orientándolos al mundo virtual donde concentran toda su atención haciendo más grande su desinterés socio-personal.

El Caso Estudiado

 Estudiando el caso de un colega anónimo logre llegar a la conclusión de que las tan útiles y expandidas redes sociales, son una espada de doble filo ya que así como te ayudan a estar comunicado y al tanto de todo lo que ocurre, también pueden volverte adictivo a ellas y como consecuencia serás lo que yo llamo un “social-asocial”, es decir, te involucraras en una sociedad que por el hecho de ser virtual te hará una persona sin sociedad por el desapego al mundo real.  

 El caso particular de mi colega comenzó desde que fue diagnosticado con autismo en 2013. Desde allí siguió un tratamiento en el que se obligaba a dejar la rutina repetitiva y a tratar de compartir constantemente con todos en su entorno social. Poco a poco y a duras penas se fue adaptando a la sociedad hasta que logro una mejora considerable suprimiendo los desintereses por compartir con los demás. 

 En aquel tiempo el comenzó a experimentar con redes sociales a través de Facebook, y aunque era al principio un poco adictivo, poco a poco perdió el interés y regulo el uso que le daba a dicha red social.
En 2014 tuvo un gran impulso. Comenzó la universidad y ya tenía conciencia de cómo era y porque, lo que le facilito entenderse a sí mismo y entender el comportamiento de las demás personas, cosa que lo ayudo en el proceso de adaptación con los grupos de estudio que estaban en constante interacción con él.   

 Su carrera universitaria es Diseño Grafico y desde un principio ha sido uno de los estudiantes más destacados de cada una de las clases que ameritan mucha creatividad y técnica manual. Esto se traduce a que sus trabajos son de calidad y muy bien elaborados por lo que decidió compartirlos en las redes sociales. Aquí está el detalle.

 Mi colega creo cuentas en todas las redes sociales y las interconecto para compartir todos sus contenidos y trabajos de manera simultánea con la intención de obtener reconocimiento, seguidores y un visto bueno en cada cosa que se dispone a compartir. El caso es que se ha vuelto adictivo a crear contenidos y por ende pasa mucho tiempo en las redes sociales lo que ha hecho que se vuelva nuevamente una persona monótona y monotemática, poco comunicativo, encerrado en un mundo impenetrable y alejado de la sociedad, preocupado siempre por conseguir una conexión a internet más que por conseguir interactuar con los grupos de estudio. Inclusive le han hecho mucho bullying por hacerse parecer un excluido amante compulsivo de lo virtual y por solo hablar de los videos o imágenes que ve en internet. A todo esto, su condición psicológica volvió a decaer y en gran medida se debió a las redes sociales.

 Actualmente me he sentado con mi colega para replantearle su condición y hacerle ver su falla. El también se había dado cuenta que estaba siendo excluido de los grupos de estudio y de muchos otros y ha decidido volver a su tratamiento para rehabilitarse nuevamente. 

 Hoy mi grupo y yo compartimos con ese genio y nos encargamos de que mientras esté con nosotros mantenga apagada la conexión wifi de su teléfono móvil, nos planteamos muchos temas de conversación y le pedimos su opinión constantemente para orientar su atención a nosotros. Es un analista excepcional aunque a veces hay que sacarle las palabras ¡Ya veremos que él podrá mejorar! Y de hecho, lo está haciendo.

 Recomendación: Lo mejor será consultar a un especialista para cualquier duda que tengan acerca de esta condición psicológica y así aprender a mejorar los detalles que se escapan en el tratamiento de rehabilitación.  

Emiro Gamarra/23 de marzo de 2016

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